jueves, 8 de septiembre de 2016

El juego


Recuerdo que cuando era muy niño y estaba en la guardería, solía jugar muchos juegos, escondernos y buscarnos, a atraparnos, a colorear, a cantar con la profesora, éramos muchos niños, y siempre jugando, aprendiendo cosas, pero Jugando. Había un juego particular, consistía en que uno tenía unos papelitos, unos cuadrados de papel rosado, otros cuadrados blancos y otros amarillos, con los rosados podías comprar moras dulces y con los blancos chocolates, y también podías intercambiar con los otros. Yo me quedaba sorprendido mirando los papeles, me gustaba mucho el Juego, y además podía conseguir mis dulces, y llevarles uno a mi mamá y a mi hermano menor.

Después cuando conseguía algo de dinero, invitaba a mis amigos a ir a la tienda y allí comprábamos chocolates y panecillos, nos sentábamos a comer en las mangas o en los parques y simplemente nos concentrábamos en los sabores, y luego nos poníamos a charlar de las pelis o de cualquier cosa, siempre había algo que decir, jugar y experimentar.
Hace una semana después de haber realizado un trabajo recibí algo de dinero, me fui a comprar yogures, cocos y otros snacks, me senté tranquilo en una silla del centro comercial moderno que hay cerca de casa y sólo me concentré en los sabores, y recordé que eso de ese entonces era un ritual gracioso y agradable, estaba solo sin esos amigos que han cambiado de vidas o ya han muerto, pero la sensación era igual el disfrutar el momento, acompañado de algo rico por comer.




Y el domingo, cuando pagué por el pescado y el vendedor se quedó mirando el dinero y pensando en voz alta, “ me diste veinte, esto vale 6 así que te devuelvo 14” me di cuenta de algo gracioso, de que nunca hemos dejado de jugar a comprar cosas con papeles, que seguimos siendo esos mismos niños, pero que nos hemos olvidado que todo esto de la economía, del cambio de bienes, de la sociedad, de las ciudades es un juego y por tal hay que tratarlo con alegría, disfrutarlo cada día y jugarlo lo más justo que podamos.  

¿Y qué haríais si Dios os hablara directamente y os dijera: Os ordeno que seáis felices mientras viváis? ¿ Qué haríais entonces? Richard Bach

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