lunes, 5 de septiembre de 2016

Lo prometido es deuda



Dentro de mí habita un niño con esperanzas de ser ese tipo adulto fabuloso y agradable para los demás, ese hombre feliz.

A veces ese niño se pone a cantar y se duerme cansado con el rostro tranquilo de haber aprovechado todo el día, y yo pienso que soy un adulto que maneja su vida, y resulta que simplemente estoy cumpliendo los sueños de este niño.

Se sonríe tranquilo en las pocas fotografías que tengo de él, hace listados de tareas para mí:
- escribe, tienes que salir a conocer nuevas mujeres o sino ¿Cómo vas a conocer a una buena mujer para tener una bonita familia?

- Tienes que escribir en tu blog y sentarte a meditar, acostarte temprano y levantarte temprano, tienes que ver el amanecer más a menudo, tienes que visitar a la familia, hacer cosas por los otros, no olvides los músculos no vaya a ser que no levantes el bulto de cemento cuando tengas cincuenta y también me gustaría que fueras rico, al menos tendrías una cosa menos por la cual preocuparte.

Y uno cree que viene a escribir un post después de 6 meses de no publicar nada porque le nació de buenas a primeras, pero no es uno, o sí es uno, pero haciéndole  caso a esa pequeña voz, que se resiste a los años y ama cazar mariposas y grillos en las mangas.

Simplemente puedo decirle, mira que te he cumplido hoy, ahora duerme tranquilo chiquillo.


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